La Historia del Forjador de Sueños
Desde la humilde cuna del barrio Peñapobre en Naguabo hasta los altos logros personales y empresariales en Puerto Rico y el Caribe, la vida de José Antonio (Tony) Santana Mendoza, conocido cariñosamente como "Don Tony", traza un viaje marcado por la determinación y la visión empresarial.
Nacido el 14 de diciembre de 1922, en una familia numerosa que luchaba por sobrevivir con los recursos escasos de la agricultura y otros oficios de la época, Don Tony desde temprana edad demostró su ingenio empresarial, comenzando con pequeñas labores como limpiabotas y recolector de objetos para vender, en medio de la depresión económica en Puerto Rico.
La Segunda Guerra Mundial proporcionó el impulso para su carrera laboral y empresarial. Trabajando como empleado civil en la base militar Ramey de Aguadilla, adquirió habilidades en mecánica y mantenimiento de aeronaves, además de conocer a su futura esposa. A finales de la década del ’40, Don Tony y su esposa regresan al área metropolitana de San Juan, donde se establecen definitivamente y forman una hermosa familia compuesta por tres hijos: José Antonio, Willie y Edwin, quienes en su adultez trabajaron junto a su padre en el desarrollo de sus fructíferos negocios.
En 1949, comenzó su trayectoria en la industria de la aviación, ofreciendo servicios de mantenimiento en el Aeropuerto de Isla Grande en San Juan, pero la chispa que encendió su espíritu emprendedor llegó con la inauguración del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín en 1955, donde Don Tony fundó International Air Services (IAS), ofreciendo una gama de servicios para aviones.
En 1972 estableció Airport Aviation Services, empresa que catapultó lo que a lo largo de las décadas siguientes sería un imperio empresarial, diversificando sus operaciones hacia el hotelería, la carga aérea y los servicios aeronáuticos especializados; consolidando a Empresas Santana como uno de los principales conglomerados de apoyo a la aviación en el Caribe.
A pesar de su fallecimiento en 1995, el legado de Don Tony perdura, dejando una huella imborrable en aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo. Su historia de superación y éxito continúa inspirando a generaciones posteriores, reflejando el poder del trabajo arduo, la visión empresarial y la perseverancia ante la adversidad.